Deja que te cuente que tu piel era blanquita.
Deja que te diga lo suave que era tu tacto.
Deja que te recuerde como eran tus labios y tu sonrisa.
Deja que te explique cómo me sentía al abrazarte y lo contento que te ponías al verme.
Deja que te enseñe las imágenes que te hicimos cuándo no tenías ni siquiera una semana de vida.
Y así puedes ver cuánta era tu perfección.
Deja que te cuente con imágenes mi niño……