«A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino ….»
Todos los días de nuestra vida se ven despedidos por un atardecer, todos, seamos o no conscientes de ello.
A su vez, cada día comienza con un amanecer, que lo veamos o no, acontece imparable, incansable, rítmico. De esta forma se establece un ritmo solar, circadiano al decir de los sabios, que marca el paso de nuestra vida.
De vez en cuando nos paramos a admirar el tic-tac del verdadero reloj de nuestra existencia, nunca una puesta de sol es igual a otra, pero todas son bellas, conmovedoras, intachables, precisas, calmantes…. Eternas. De este modo la humanidad estableció los ritos rítmicos como divinos. Solares los masculinos y, como no, lunares los femeninos.
Quizá deberíamos ir abandonando la mirada al reloj de la muñeca y volver a observar el cielo . Desde luego tanto mirar el tiempo en un reloj de muñeca no nos ha aportado mucho a nuestra felicidad, sin embargo mirar al cielo, nos transporta a un mundo más cercano a nuestra yo verdadero.
Anónimo - 🙂 Me gustan.
Anónimo - Pues sí, el ciclo imparable de la vida, luz versus oscuridad, lo que es arriba es abajo, el yin y el yan, y si seguimos creo que no podríamos parar.Todo tiene su antagonista y sin el uno no existiría el otro!!! Dulce, salado etc…
A mí me encanta ver cómo el sol se «esconde» en ese límite que une el cielo con el mar , claro que tampoco cambio un atardecer de Castilla en toda su amplitud y con esa luz tan nuestra!!!
Muy bonitas las fotos
» Cuando yo admiro la maravilla de una puesta de sol o la belleza de la luna, mi alma crece para adorar al creador.» (Mahatma Gandhi)
carolinperez - Que bonitas tus palabras!! desde luego que tenemos los mejores atardeceres en Castilla, te prometo que haré unas fotos para publicarlas en breve. Gracias por la idea, siempre es bien recibida.