La ceremonia del té japonés

La ceremonia del té es un auténtico ritual en Japón. Un ritual que ellos han conseguido después de siglos de minuciosa repetición. Se trata de un encuentro entre quien prepara el té y su huésped; un encuentro que se realiza en la sala de té.

Se da armonía y belleza a cada gesto con los actos más simples y más espirituales de la vida.

El respeto entre ambos es profundo y mutuo y todo se realiza en absoluto silencio para transmitir tranquilidad. Los movimientos tranquilos y rítmicos del maestro hacen que los invitados entren en un estado de concentración y calma y no alteren la paz interna del espectador. Todo tiene un color delicado y es absolutamente sencillo.

El té se prepara con las hojas de té verde reducidas a polvo muy fino (matcha) que se disuelve lentamente en agua caliente gracias a un perfecto mezclador de bambú. La bebida resultante adquiere un color oscuro y se bebe solo, sin azúcar ni limón.

Una vez preparado, los elegidos se arrodillan en el tatami y se llevan la taza a la boca, percibiendo finalmente cómo el más pequeño gesto forma parte de la armonía del universo.

En la ceremonia del té se expresa la búsqueda del equilibrio interior y hay que respetar cuatro reglas:

Wa (armonía): entre los huéspedes y el propietario de la casa.

Vei (respeto): hacia las personas y todo lo que rodea a los invitados.

Sei (pureza): que,  junto con la limpeza de todo lo que puede tocar,  atrae simbólicamente la puerta del espíritu a quien se apresura a tomar la bebida.

Javu (tranquilidad): debe ser soberana porque cada uno debe entrar en íntimo contacto consigo mismo.

Mientras realicé esta serie de fotografias, intenté llevar a cabo todos los pasos con pausa y extremada tranquilidad para conseguir la belleza, la armonía y la perfección que el ritual se merece.

Al finalizar por supuesto me bebí el té con tres sorbos y en absoluto silencio, disfrutando intensamente del amargor de la bebida; una experiencia única que pienso volver a repetir.