Cuando nace un bebé nos surge un instinto de protección increíble; ellos dependen de nosotros y lo único que pueden hacer para llamar nuestra atención es llorar para avisarnos. Nos avisan si tienen sueño, hambre, frío, calor o incluso si están estresados por algún ruido o algún dolor. En nuestros brazos se calman porque se sienten protegidos, y ellos nos aportan tantas cosas bonitas. Me encanta tenerlos en mis brazos y verlos dormir y sentir su respiración.
Fernando - Precioso <3 <3