El bebé de hoy tiene 20 días y aunque parecía que no se iba a dormir con esos ojos tan abiertos y tan espabilado, se quedó dormido en cuanto le cubrí la cabeza con un gorrito y es que está acostumbrado a llevar uno desde que nació y le encanta.
Eso y sentir calor fue la clave. Claro que despiertos están riquísimos también y me gusta hacerles fotos de ambas maneras.